Lunes de 18:30 a 20:30
Del 3 al 31 de agosto / Duración: 4 clases
Costo: $650
Cupo limitado
Museo de Bellas Artes
Av. del Libertador 1473, Buenos Aires
Charla sobre García Marquez
Martínez disertará
sobre el escritor colombiano.
A un año de su
muerte, el escritor Gabriel García Márquez sigue siendo noticia. Por pedido del
Instituto Cultural Argentino Colombiano (ICAC), el autor Guillermo Martínez
recordará hoy la figura del premio Nobel de Literatura 1982. Y, a partir de
este sábado LA NACION publicará una colección con una treintena de sus títulos
más importantes.
En una reunión de
ingreso libre y gratuito, Martínez se referirá a García Márquez, a las 19, en
la Fundación Casara, avenida de Mayo 1194.
Presentación en Córdoba Mata / Septiembre 2015
El ciclo se desarrollará en dos etapas; los días 7, 8, 9 y 10 de septiembre en Córdoba, en el marco de la Feria del Libro de Córdoba, y en las localidades de Mina Clavero y Cura Brochero los días 11, 12 y 13 de septiembre, donde los escritores tendrán oportunidad de compartir las experiencias y sus procesos de trabajo.
La fórmula de la venganza
Entrevista y comentario publicado en
Elesnob con el título La fórmula de la venganza, mayo 2015.
Por Fran
Sabena
El
olvido y el método. En Eros y civilización (1955), Herbert Marcuse escribió: “Esa
capacidad para olvidar –en sí misma resultado de una larga y terrible educación
por la experiencia– es un requisito indispensable de la higiene mental y
física, sin el que la vida civilizada sería intolerable; pero es también la
facultad mental que sostiene la sumisión y la renunciación. Olvidar es también perdonar lo que no debe ser perdonado si la
justicia y la libertad han de prevalecer. […] Olvidar el sufrimiento
pasado es olvidar las fuerzas que lo provocaron –sin derrotar a esas fuerzas.
Las heridas que se curan con el tiempo son también las heridas que contienen el
veneno.”
Borges creía que no había mayor
venganza que el olvido. Kloster, todo lo contrario: con Marcuse, piensa que en
el olvido hay una forma del perdón. La venganza, desde esta perspectiva, sería
una forma de reinsertar en lo social ese valor que la Justicia ha errado en
reivindicar al dejar impune su violación. Si la Justicia –así, en mayúsculas–
tiene el deber de administrar castigos y recompensas, y falla en su tarea,
entonces el vengador asume para sí –sin legitimidad social pero por propia
voluntad– el papel de justiciero. Reingresa a la fuente el código que edificó
los valores comunes de una sociedad.
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Mariano Sardón y su Libro de Arena
En
una nota al pie de “La Biblioteca de Babel” Borges anticipa la idea de un solo
libro infinito que podría reemplazar su laboriosa construcción de hexágonos y
anaqueles, un único vademecum sedoso de páginas que se desdoblan
interminablemente... Es el germen de “El libro de arena”, el libro que no tiene
primera ni última página.
Contratapa a El sistema del silencio, de Valeria Tentoni
Tocados
desde lejos por la poesía, y por sutiles lazos de familia con Clarice
Lispector, los cuentos de Valeria
Tentoni tienen una atmósfera amenazante y claustrofóbica, con un pie en la
realidad y otro en variadas pesadillas. Sus personajes, atrapados en la
telaraña familiar, y en las múltiples trampas de lo cotidiano, obsesivamente
conscientes de sus cuerpos y sus ataduras, ven y ansían más allá de lo que les
está permitido, y de lo que pueden
conquistar por sus propias fuerzas. De esta distancia entre la lucidez de los
protagonistas y la resistencia viscosa de la realidad, irradia, con la fuerza
paradójica de los débiles, la luz potente y personal de estas ficciones.
En un
país de cuentistas, estos diecisiete relatos inaugurales de Valeria Tentoni se plantan con pies serenos y
firmes. No es solamente una autora que promete. Es una voz ya constituida, con
un mundo intenso, original, que vale la pena descubrir. Aquí y ahora.
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Sobre Retrato de un psicultor
Retrato de un piscicultor
está construido con la superposición de distintas épocas y voces y fue mi
segundo cruce con lo histórico-político después de Infierno Grande. Escribí una
vez, y todavía lo creo, que la gran dificultad de tratar lo político desde la
ficción tiene que ver con los grados de libertad que se resignan en
negociaciones incómodas, casi siempre demasiado visibles, con diferentes
mandatos ideológicos. Así, en el afán de
humanizar a los próceres hay quienes creen necesario demorarse en las
flatulencias de Bolívar; y con la mejor intención de evitar maniqueísmos hay
quienes terminan enterneciéndose con las infancias desgraciadas de los
torturadores.
Sobre Déjà vu o Los reinos de la posición horizontal
Publicado en Verano 12, Página 12, enero 2014.
Este cuento, como
otros que escribí, tiene un primer acorde autobiográfico: tuve, en efecto, un
abuelo colchonero que, si bien no llegó a llamarse a sí mismo el rey de la
posición horizontal, tuvo alguna fama secreta por la manera en que probaba los
colchones recién rellenados con las amas de casa de la época. Tuve también una
abuela, muy querida y animosa, que, por una torsión sádica de la vejez, pasó
largos años en esa otra posición horizontal que es la postración final en la
cama de un geriátrico. La oposición entre el máximo frenesí del acto sexual y
la máxima quietud de este último letargo es el tema principal del cuento. Un segundo
elemento es el déjà vu, o las
reminiscencias, esos recuerdos fulgurantes, indudables, como aerolitos de otra
vida que irrumpe en esta. Los antiguos griegos los invocaban como prueba de una
existencia pasada y, como se dice en el cuento, mutatis mutandis, quizá de otras futuras, una esperanza resbaladiza
en el más allá. Leí la explicación científico-cerebral sobre estas
reminiscencias en los libros de Oliver Sacks, pero preferí para el cuento la
versión sardónica que hubiera dado ese humorista escéptico que era mi padre. El
último elemento es el principio cartesiano, la regresión o descenso a una
primera verdad segura e inamovible. En la vida real, mi abuela real, en esos
últimos años de agonía, pronunciaba una única palabra con los ojos fuertemente
cerrados, como si buscara a tientas ya en otro mundo: Hermana, hermana, hermana. Todo lo demás había
desaparecido y en su propio descenso sólo le quedaba, como última titilación,
el recuerdo de una hermana muerta en la primera infancia.
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Sobre Help me!
Publicado en Verano 12, Página 12, febrero 2015
Como
muchos de mis cuentos, éste también empieza en una nota autobiográfica. Estaba
de visita en Viena en los primeros años de la Unión Europea y me subí realmente
a un ómnibus nocturno para llegar a
Bratislava, sin reparar en que necesitaba una visa para el cruce fronterizo. Tuve
que dejar todos los euros que llevaba para un permiso transitorio de
veinticuatro horas y entré en la ciudad casi sin dinero. En la continuación
banal de la experiencia real, perdí el resto del día siguiente en trámites para
extender ese permiso y para lograr que brotara algún dinero de auxilio de mi
tarjeta de crédito. Mucho después me pareció interesante continuar el hilo de
la otra posibilidad imaginaria que la realidad, siempre más prosaica, había
dejado trunca: un recién llegado a un país desconocido, donde se habla un
idioma inextricable, con sólo unas pocas monedas en el bolsillo. El valor de
pronto crucial de esas monedas. Y una mujer que aparece y le pide ayuda, sin
poder pronunciar más que una frase. Quise escribir un cuento en el borde de lo
fantástico. ¿Qué es lo que la mujer pide verdaderamente con esa única frase
horadante? ¿Es apenas, también, algo de dinero? ¿O hay un elemento vampírico a
punto de revelarse? ¿Hacia dónde y hacia qué lo arrastra?
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Texto de contratapa a Antiguos cuentos de brujas, de Jorge Accame
Antiguos cuentos de brujas, Jorge Accame, Edhasa, 2015.
Hubo un tiempo en que
mujeres desdentadas removían calderos y oficiaban el amor y la muerte con
filtros mágicos y venenos insidiosos. En ese tiempo los relatos de brujas
infundían terror sin preguntas y se escuchaban con asentimiento silencioso
entre las personas de todas las edades. Hubo un tiempo en que la Inquisición
clasificó todas las formas y disfraces posibles que podían adoptar estas
siervas del Diablo. El Malleus Maleficarum, esa tipología
obsesionada, se proponía no dejar a ninguna fuera del abrigo purificador de las
llamas. Poco a poco esos tiempos pasaron. El Iluminismo y las dentaduras
postizas hicieron su parte y las brujas quedaron confinadas a los terrores de
la infancia, a las ilustraciones estereotipadas de libros para niños.
Entrevista EFE, España 2015
Barcelona, 2 may (EFE).- El escritor argentino Guillermo
Martínez reivindica el género del cuento con su último libro, "Una
felicidad repulsiva", ganador de la primera edición del Premio
Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez, un volumen con once relatos
en los que, ha dicho, vuelve a explorar "el lado fantástico y extraño de
lo cotidiano".
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