Publicado en Continuidad de los libros con el título “Guillermo Martínez:"No creo en planes obligatorios de lectura", junio 2015.
¿Cuál es tu
libro pendiente/postergado más vergonzoso?
Son muchos,
porque la vida es finita y no creo en planes obligatorios de lectura. Más aún,
me interesa más la reacción verdadera y secreta de lector desprevenido que
puede provocar el encuentro con un “clásico obligado”, algo sobre lo que pocas
veces se comenta. Es gracioso, por ejemplo, leer lo que dice Martín Amis sobre el Quijote en La guerra contra el cliché cuando finalmente
decide acometerlo como si fuera otro libro cualquiera. O el leve desprecio de
Patricia Highsmith, cuando observa que a Crimen y castigo le sobran
muchas páginas. O las ironías letales de Borges sobre Joyce y Goethe y aún
sobre Shakespeare... Por mi parte, por ejemplo, intenté varias veces
empezar el Ulises de Joyce y nunca llegué muy lejos... Y de Guerra y
Paz nunca llegué a la paz... Algo similar me ocurrió con Bajo el
volcán, de Malcom Lowry, un clásico de mi generación: lo empecé tres veces
y las tres veces lo abandoné cada vez con menos culpa antes de la página 50.
También, aunque más raros, son los reencuentros. Me ocurrió con La montaña
mágica, de Thomas Mann: lo empecé en la adolescencia y lo abandoné con
incomprensión y aburrimiento en la página 750 (faltaba providencialmente esa
página en el ejemplar y fue una buena excusa para dejarlo). Años después me
quedé en una playa sin lectura y en la única librería del pueblo allí estaba
esperándome el gran ladrillo, para una segunda oportunidad. Esta vez lo leí
desde el principio otra vez, en una semana absorbente y fue una experiencia
mucho más feliz.
¿Cuál es tu T.O.C. en la vida cotidiana? ¿y tú T.O.C. como escritor?
En la vida
cotidiana, ¡ay!, me mordisqueo los pellejos de los dedos. Como escritor
me preparo constantemente té o café. Me sentí muy identificado con un título de
Chitarroni: Mil tazas de té.
¿Alguna vez
robaste un libro?; ¿Cuál, dónde y por qué?
Sí: una vez,
un libro en la Feria del Libro, la obra literaria completa de Rodolfo Walsh. No es algo de lo que me
enorgullezca, ni siquiera entonces, y mucho menos ahora. No estoy seguro si
cuentan los que me bajé gratuitamente desde que tengo Kindle... Pero prometo
leerlos a todos para rebajar mi condena.
¿Cuál fue el
último libro que no pudiste terminar de leer y por qué?
Últimamente
termino casi todos los libros que empiezo, porque hago un primer filtro rápido
en las primeras páginas. Pero debo decir que me costó mucho terminar Cosecha
Roja, de Hammet (otra de mis lecturas pendientes); a partir de la mitad, me
pareció inverosímil, mecánico y aburridísimo.
¿Qué premio
no estarías orgulloso de recibir?
El premio a
la obediencia debida literaria.
¿Cuál fue la
primera palabra que pronunciaste?
No sé, nunca
lo pregunté y ahora ya es tarde, porque los testigos directos no están, pero
seguramente sería Ajó, má, papa, profundidades de ese tipo.
¿Cuál es tu
palabra preferida? ¿y la más odiada?
No tengo
fetichismos con las palabras: cada una pesa y vale dentro de cierta atmósfera,
y es en un entorno construido y deliberado de otras palabras donde refulgen o
hieren o provocan. Sí hay palabras que trato de evitar cuando escribo:
deliciosa, fantasiosa, sabrosa, apetito, coqueta, aroma, cabello. Pero si
tuviera que evocar literariamente a mi abuela y su forma de hablar, las pondría
a todas.
¿De qué
título te hubiese gustado ser autor?
Si es
solamente del título, muchísimos. Para mencionar algunos, que me vienen a la
memoria:
La tierra permanece
Todo verdor perecerá
Trenes rigurosamente vigilados
El juguete rabioso
Los lanzallamas
Nadie nada nunca
La bestia en la jungla
Las armas secretas
Oscura monótona sangre
Tesis sobre un homicidio
Todos los hombres son mortales
El día de los trífidos
Viaje al fin de la noche
El buscador de finales
El espía que vino del frío
La amada inmóvil
Si una noche de invierno un viajero
El libro de un hombre solo
El asesinato como una de las bellas artes
La mancha humana
Demasiada felicidad
Que el mundo me conozca
La soledad del corredor de fondo
El matrimonio del cielo y el infierno
¿Cuál es el
libro que más has subrayado?
En general
subrayo, anoto y discuto mucho con los libros de filosofía, no tanto con los de
ficción. Aquí, por ejemplo, La ciencia de la lógica, de Hegel.
¿Recuerdas
dónde y en qué época leíste ese libro?
Lo leí el
año pasado, en distintos cafés de mi barrio...
¿Qué frase
recuerdas haber subrayado y que haya quedado grabada en tu cabeza?
Una frase de
Un artista del hambre, de Kafka, que usé en La muerte lenta de Luciana B. : “No como porque no hallé alimento que me
guste: me hartaría igual que ustedes si lo encontrara”.
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