Publicado
en la revista La Nación,
febrero 2013.
Eran los
primeros años de la Unión Europea. Yo estaba en un congreso de matemática en
Viena, había terminado muy pronto con mi exposición y tenía por delante el fin
de semana libre. Vi en mi guía Trotamundos que Bratislava estaba cerca, y en un
impulso de curiosidad por visitar algo de lo que había sido el socialismo, decidí
tomar un ómnibus nocturno para pasar el sábado allí y quizá el domingo en
Budapest, del otro lado del río.