Entrevista El Grillo


Publicada en la revista de cultura El Grillo, N 50, 2008. 

Por Horacio Semeraro

Nacido en Bahía Blanca en 1962,Guillermo Martínez es un brillante escritor de su generación en Argentina. Su condición de Doctor en matemáticas especializado en lógica aportó valiosos elementos a su literatura dando como resultante un producto totalmente original. Su novela Acerca de Roderer publicada por Ed. Planeta en 1993 lo dio a conocer internacionalmente. Posteriormente, con Crímenes imperceptibles obtuvo el Premio Planeta latinoamericano 2003 y fue llevado al cine con el titulo de Los crímenes de Oxford. La aparición de su última novela La muerte lenta de Luciana B. le brindó nuevos reconocimientos y premios. Es colaborador asiduo de los diarios La Nación, Clarín y Página 12. Una de sus obras ha sido traducida al chino.




El Grillo: En Crímenes imperceptibles (y antes en Acerca de Roderer) se revaloriza el buen nombre del Teorema de Gödel, que había llegado a ser un lugar común en pintura, música y literatura entre otras disciplinas, en aras del posmodernismo. ¿La aplicación -original y brillante- tiene que ver con su doctorado en matemáticas aplicado a la lógica, o predominó la ficción del escritor?

Guillermo Martínez: En el caso de Acerca de Roderer hay una versión "libre" pero creo que plausible, de lo que podría ser una extensión filosófica del Teorema de Gödel. El hecho de que la mayor parte de los sistemas filosóficos estén basados en unos pocos principios a partir de los cuales se devanan las conclusiones por una argumentación lógica, da pie para pensarlos como sistemas formales. Pero entonces valdría también para ellos la limitación de incompletitud que descubrió Gödel para sistemas formales axiomáticos. Hay por supuesto, una estilización de lo ficcional tanto en la manera un poco "ligera" de plantear esta extensión a lo filosófico, como en la forma de presentar al teorema de Seldom como una carta insidiosa del diablo para oponer caos o indeterminación al orden inteligible que representaría un sistema de conocimiento.
En el caso de Crímenes imperceptibles aparece en relación con las investigaciones criminalísticas usuales y sus hipótesis, de una manera más bien epistemológica antes que simbólica.

e.g.: Cuando proyecta, concibe una novela, piensa en el final y luego busca los personajes o estos buscan, convocan al autor? Porque Arthur Seldom, protagonista de Crímenes imperceptibles aparece ya -aunque escuetamente- en Acerca de Roderer...

G.M.: En general pienso primero en el final, pero ya con las líneas principales de la trama los personajes emergen con algunos de sus rasgos "necesarios". Y aparecen también las primeras ligaduras entre ellos... En el caso de Crímenes imperceptibles me decidí a usar lo que en Acerca de Roderer era sólo un nombre disponible, y encarnarlo como el protagonista.

e.g.: Dejando de lado los múltiples elementos comunes a las tres novelas suyas mencionadas anteriormente, ¿Cual es la génesis de La muerte lenta de Luciana B.? ¿En qué momento surgió o qué la inspiró?

G.M.: El origen fue un cuento, que yo planeaba en unas cuarenta páginas, alrededor de la cuestión de la justicia y la venganza. ¿Cómo castigaría uno, una afrenta si tuviera a la vez poder absoluto e impunidad, a la manera de Dios? Durante la escritura de este cuento recordé los cuadernos de notas de Henry James, donde aparecen tanto la cuestión del dictado (en reemplazo de la escritura manuscrita) como su ángel de la guarda de inspiración. Aparecieron entonces los subtemas de la inspiración, lo demoníaco, el dictado… El cuento se transformó de a poco en una novela.

e.g.: El cuidado de la palabra, la transparencia del lenguaje y el viaje de lo particular a lo universal , el microcosmos de El Aleph , la Biblioteca infinita, circular o babélica nos remiten a J.L.Borges como referente. Otro tanto ocurre con la genialidad de Henry James bien heredada y aggiornada. ¿Quiénes más fueron sus escritores preferidos y por qué?

G.M.: Thomas Mann, Lawrence Durrell, Proust, Kafka, Albert Camus. Entre los contemporáneos Philip Roth, Ian Mc Ewan, Ishiguro…Ahora estoy leyendo una novela extraordinaria de Doctorow: El arca de agua.

e.g.: ¿Piensa que la adaptación al cine de Crímenes imperceptibles está bien lograda? Alex de la Iglesia, ya es una garantía…

G.M.: Sí, creo que lo esencial de la novela está allí, y que incluso Alex de la Iglesia se las arregló para decir algo personal dentro de los márgenes predeterminados por la trama. La tesis final de la película, el fracaso de las dos inteligencias, es una lectura suya y propia. Y la actuación de John Hurt es sobresaliente.

e.g.: En su obra se destaca la dualidad que crea: Bien /mal, crimen / inocencia, certeza/incertidumbre, racional/aleatorio, orden/desorden. Hay un trasfondo metafísico que se percibe en ese cuestionamiento y en su obra que la convierte en original, valiosa. ¿Qué opina usted sobre ese aspecto de su propia obra?

G.M.: Siempre me interesó la cuestión de la pervivencia de algunos dilemas o mitos del pasado en la escena contemporánea. La mirada hacia atrás en la tradición literaria y en las relaciones humanas para poder decir algo nuevo, y hasta donde sea posible "original" en nuestra época. Hice esto con el mito faústico en Acerca de Roderer, con el mito de Prometeo en La mujer del maestro, con la novela policial clásica en Crímenes imperceptibles, y con la justicia humana y sus proporciones en La muerte lenta de Luciana B..
No sé si hay un trasfondo metafísico en mi obra, sí me gustaría que mis novelas fueran consideradas también hasta cierto punto como sistemas de pensamiento.

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Entrevista Feria del Libro de Córdoba, 2010

Entrevista publicada con el título Acerca de Martínez, Feria del Libro, Córdoba, 2010.
Por Flavio Lo Presti

Esa novela de nombre raro


Acerca de Roderer es la primera novela donde Martínez hace gala de su preferencia por la creación de personajes geniales. Roderer es una inteligencia gélida e inhumana, que se encuentra en la adolescencia temprana con el narrador: un alter ego del propio Martínez que se presenta ligeramente borroneado. En el primer capítulo, una partida de ajedrez entre los dos va a definir el tenor de la relación y también el de la novela. Mientras el narrador juega con una neurótica voluntad de imponerse, Roderer está casi pensando en otra cosa. Más bien utiliza el ajedrez como una maqueta infantil de ese diseño superior en el que su mente está enredada irredimiblemente. A partir de allí, Roderer va progresivamente hacia la ascesis, mientras el narrador oscila entre la independencia que le da el roce con la vida y una oscura función de embajador de Roderer en el mundo: para terminar su sistema filosófico, Roderer —esa inteligencia sobrehumana insensible a cualquier afecto, irredimible por vía del amor— necesita de ese mediocre matemático que lo admira y lo envidia.

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