30 años sin Borges
Eterna Cadencia, entrevista de Valeria Tentoni
¿Cuál fue el primer texto de Borges que tuviste frente a vos? ¿Qué efecto produjo en tu manera de leer y de escribir? Le hicimos esas preguntas a seis escritores argentinos para recordar al autor de Ficciones en el aniversario de su muerte.
Guillermo Martínez: autor de libros como La razón literaria, Una felicidad repulsiva y Borges y la matemática.
Fue a los doce años, en un cuento de la gran Antología del cuento fantástico, de Roger Caillois, que iba leyendo en un verano de a poco, entre asombro y asombro. En esa antología, veo ahora, hay sólo tres autores iberoamericanos, Rulfo, Cortázar y Borges. Es interesante que Callois, en 1967, incluya –como privilegio inusual o reconocimiento precoz– dos cuentos de Borges: "Las ruinas circulares" y "El espejo de tinta". Recuerdo que "Las ruinas circulares" me causó gran impresión y que traté de copiarlo inmediatamente en los primeros cuentos que escribía en aquella época. De "El espejo de tinta" evidentemente me fascinó la libertad de poder fingir que se escribía en una cultura diferente, con las invocaciones a Alá, que Borges toma de Las mil y una noches y repite en varios otros de sus cuentos. Recuerdo que escribí a los trece un cuento sobre la gran piedra negra de la Meca que abundaba en ciegos y copiaba también estas invocaciones. Pero Borges, en ese tiempo, era para mí sólo el autor de un cuento entre tantos otros autores (muchos más me habían impresionado en esa antología, sin saber nada de ellos). Era la época feliz en que leía sin mirar nombres ni contratapas… Lo reencontré después en varias otras antologías, en ese mundo de imaginación y falsificaciones donde se mezclaban Borges, Cortázar, Denevi, Silvina Ocampo. Sólo bastante más tarde, alrededor de los quince, leí un libro completo de Borges: era Ficciones. Empecé a distinguirlo y a separarlo. Y a reconocerlo, en todas las acepciones de la palabra.