Entrevista Capital del Libro, 2011

Publicada en Capital del Libro con el título "El trabajo de escribir requiere una aproximación local", 2011.

¿Hubo una persona o un hecho puntual que considere haya sido motor de su vocación de escritor?  
Sí, claro: mi papá; lo cuento en el prólogo a la antología de los cuentos de él que preparé y que se publicó hace poco.  La literatura siempre estuvo en mi casa, sobre todo a través de mi papá, que era escritor,  pero también a través de mi mamá, que estudiaba la licenciatura en Letras. Ella terminó la carrera con los 4 hijos ya crecidos. Mi papá era un gran lector, un escritor muy consecuente, la lectura era algo muy natural en mi casa. Fue él quien entusiasmó a todos los hermanos para que intentáramos algo en ese sentido. Era de la idea que había que probar muchas actividades diferentes;  de  chico yo hice natación, judo, tenis, ajedrez; intenté en el conservatorio tocar la guitarra; y mis hermanos también…La ventaja de nacer en una ciudad chica es que uno puede intentar cosas diferentes. Dos que sin dudas estaban marcadas familiarmente eran la literatura y el cine... mi papá junto con mi mamá fueron socios fundadores del cineclub en la ciudad y luego de un cineclub infantil…

¿Cómo elige el tema sobre el cual escribir?
Eso es interesante. No es algo que aparezca siempre de la misma manera; lo que yo noto es que algunos de los temas en mi lista de espera se imponen a  otros...Por qué predominan unos y no otros es un tema para mí misterioso, yo creo que en general tienen que ver con algo que me toque en lo personal. No necesariamente desde un costado autobiográfico, pero sí algo en lo que yo pueda poner una mirada personal, y que a la vez se vincule con una tradición literaria. Algo del orden de lo vivido o lo visto,  pero que además remita a una tradición que yo ya identifiqué en la literatura y en la que vea, en potencia, una instancia contemporánea y personal. En mis ficciones busco que aparezcan estas dos componentes.

¿Por qué escribe?
Me parece que de todas las actividades que inicié, conocí y practiqué, es la que me resulta más "natural”, y en la que mejor puedo expresarme. La gente no lo creería así, pero en la matemática uno se expresa, en la política uno se expresa; son otras dos actividades que conocí de cerca. Pero me parece, aunque no sé cuán bien lo hago, que en la literatura puedo dejar una marca personal; nadie más podría escribir las cosas que yo escribo, simplemente por la gran  concentración de cuestiones personales que hay en general involucradas en la escritura; más allá de que uno no escriba en clave autobiográfica, la mirada, la forma de ver las cosas queda. Eso es lo que lleva a uno a escribir. No es algo que necesite imperiosamente; no soy de esa gente que dice que si no escribe se muere. Empiezo a sentir cierta incomodidad, cierto vacío, cierta falta cuando no escribo, y por otro lado cierta felicidad, o cierta promesa de felicidad cuando escribo. Pero mis novelas no surgen como catarsis, sino que son todas planeadas, pensadas alrededor de unos elementos disparadores,  que se van incubando lentamente. Henry James tiene una frase en que habla de las ideas iniciales como gérmenes sobre los que se depositan de a poco sensaciones, pensamientos, asociaciones, y que crecen sin que uno piense directamente en ellas. En algún momento esas pequeñas ideas reaparecen convertidas en novelas.

Si no fuese escritor sería… 
Una cosa es lo que me hubiera gustado ser y otra cosa es lo que hubiera podido ser. Me hubiese gustado tocar la guitarra y cantar a lo Joan Manuel Serrat, por lo menos en una época me parecía muy atractivo ese estilo de vida, a lo juglar,  pero para mí era imposible pensar en algo así por falta de aptitudes musicales. También me hubiera gustado jugar al tenis en un nivel superior, haber viajado al circuito internacional. Para pisar tierra otra vez, podría seguir siendo un profesor de matemática, como lo fui durante muchos años, me resultaba agradable la parte de la enseñanza,  y también me interesaban las ideas que desarrollé como investigador. La matemática tiene algo muy atrapante; cuando uno está en el medio de un problema se vuelve obsesivo, puede estar horas y horas pensando distintas conjeturas, es una manera fácil de llenarse una vida. Porque además, apenas un matemático contesta una pregunta siempre aparecen varias otras a continuación. Como dice el verso de Saer "En uno que se moría mi propia muerte no vi/ entre fiebre y geometría se me fue pasando el día/ y ahora me velan a mí”… es  fácil que se te pase el día entre fiebre y geometría.
Por suerte yo logré salir antes (se ríe). También la política me parece que es una hermosa vida, yo tuve una militancia política comprometida…. Lo que pasa es que es muy difícil si se elige la izquierda en este país,  pero a mí me parece que la vida de un militante político puede ser una vida muy interesante, muy rica, en la política entra todo, la filosofía, la dialéctica entre teoría y práctica, lo humano, no hablo por supuesto de la política como forma de hacer negocios, sino la política pensada como modo de transformar la realidad, a mi me parece que es un gran camino la lucha revolucionaria, la lucha  por cambiar la realidad, fue el camino de una generación anterior a la mía. Yo perdí esa oleada, por un tema de edad, pero  lo seguí bastante de cerca porque en mi casa había militancia política y de algún modo quedaron publicaciones, todo ese mundo  ideológico yo lo viví con intensidad en mi casa, esa sería otra vida posible.

¿Existe para Usted una rutina a la hora de escribir? ¿Repentina inspiración o hábito sostenido?
Depende del texto que uno tenga que enfrentar. Una novela necesita de una rutina; no se escribe como se ve en las películas, en dos o tres noches sin dormir, noches de insomnio  tecleando en la computadora… En general no funciona así…Depende del tipo de escritor,  quizás haya algunos que tengan raptos prolongados de intensidad... En inglés hay una palabra muy buena para eso: "breakthrough”, cuando uno avanza un gran trecho de golpe, en mi caso lamentablemente esto no ocurre. Yo necesito sentarme todos los días a la mañana unas 3 o 4 horas para avanzar media  página,  a lo sumo una página en los momentos de gloria. Y en general cuando avanzo una página sé que después voy a  tener que reescribirla. A veces tengo la necesidad de avanzar un poco más que esa media página de ritmo demasiado lento, pero sé que será a costa de volver después. Tengo una manera muy lenta de avanzar, sobre todo en el primer borrador, y no es algo de lo que esté especialmente orgulloso.  Me gustaría tener un ritmo más regular. Para mí hay pocos momentos de inspiración, siento más bien que  uno necesita estar y permanecer en un estado de vigilia, en las inmediaciones, yo lo llamo una aproximación local. Uno ya sabe cómo va a ser la historia, y quizá qué ocurrirá en el capítulo, pero tiene que llegar a "vivir” localmente el momento en cuanto a todas las percepciones, tener en la mano todos los hilos de lo que piensan y sienten todos los personajes, y hay como un momento de concentración en el que hay que entrar en ese mundo, y  ahí ocurre lo que yo llamo una decantación, un goteo, y uno escribe un poquito. Pero es una cuestión de focalización y concentración desde lo general a lo particular, hasta estar en el momento  y escribir sobre ello. Así funciona en mi caso. Muchas veces viajo, salgo y pierdo completamente el hilo, cuando vuelvo tengo que recobrar la fuerza interior de volver a concentrarme.  Para mí es difícil. Como escritor de novelas uno tiene que entrar en un mundo y vivir en ese mundo durante mucho tiempo, significa sostener algo que no existe, con las mismas coordenadas, que no se te deshaga, que no pierda su interés, su intensidad, en cambio un cuento sí, se pueden escribir en una sentada, una noche, o a lo largo de una semana, es otro modo.

La literatura, ¿qué rol cumple en la actualidad?
La literatura tiene una desventaja relativa con otros medios y es que su mensaje no llega simultáneamente a la gente. Un programa de televisión llega a la vez y puede provocar un efecto de reacción a un determinado número de personas. En cambio un libro es leído por diferentes  personas en diferentes épocas, es como una botella lanzada al mar que la gente recoge en diferentes tiempos, entonces es muy difícil pensar que la literatura o un libro puedan cambiar algo o tengan una fuerte influencia social porque requeriría que mucha gente lo lea al mismo tiempo como condición inicial, luego que cale en la gente de forma que le haga cambiar. Sin embargo hay algunos libros que sí cambiaron la forma de pensar de mucha gente,  que se leen generacionalmente. Yo reconozco que algunos libros importantes para mí fueron por ejemplo los de Sartre, Camus, toda la discusión del existencialismo. Para mí fue como un antes y un después en el modo de pensar muchas cosas. Y mucha gente, toda una generación entre la de mis padres y la mía pasaron por ahí y se formaron ideológicamente. Esa clase de influencias es posible,  no algo concreto y directo del aquí y ahora, sino a dejar una huella en una generación. Una referencia. Los libros leídos por una generación conforman una matriz que también son una referencia para los que escriben, entonces hay cierta familia de libros con sus descendientes.  Entonces, la influencia de lo literario no es evidente, sino secreta. Para mí no tiene mucha importancia en  lo personal si la gente lee o no lee. Yo no tengo que hacer una militancia de la literatura, no me parece ni bien ni mal que la gente lea o no, hay muchas otras cosas también interesantes que le gente puede hacer. Bioy lo dijo muy bien una vez, la literatura es como otro cuarto que uno le agrega a la vida, pero en fin,  hay gente que prefiere un monoambiente, allá ellos, quizá piensen que un cuarto extra también hay que limpiarlo... Para mí la literatura siempre fue una posibilidad de vivir muchas vidas, de conocer de cerca otros mundos, pero nunca pensé que mis libros van a cambiar la forma de pensar de alguien.

Los críticos: ¿cómo define su rol? 
 Los críticos deberían responder a ese triple requisito que pide Henry James en La figura en el tapiz: saberlo todo, sentirlo todo, explicarlo todo. El crítico debería ser la jerarquía más alta entre los lectores; tendría que ser capaz de leer como lee el lector raso, con la misma intensidad  de sensaciones, y registrar la parte emocional, la emoción estética, que para mí es inseparable de la racionalización posterior de la lectura, aquello que Susan Sontag llamaba "el erotismo de la obra”. En vez de reparar sólo en aquellos atributos o características que pueden luego ser convertidas en teoría, conseguir aprehender la totalidad como un hecho estético. Ser tan buenos lectores como aquellos que sólo se guían por aquella primera impresión estética. Comprenderlo todo significa justamente poder dar cuenta de todos los planos que puede tener una obra. Las referencias a otras obras, la remisión a distintas tradiciones, las audacias o novedades que tiene cada escritura, aquello que está repetido, aquello que es original, comprender cuál es el calibre de la obra que está frente a él. Y luego poder explicarlo. La segunda cuestión que yo les pediría es que no sean escritores. En general en Argentina los críticos son profesores universitarios y críticos y periodistas y escritores. Entonces todo se contamina, se convierten en juez y arte,  forman bandos donde el que no es amigo es enemigo y  aparecen las pequeñas miserias de la escena literaria.
Los críticos tendrían que tomar lección de gente como Torodov, Frye, ejemplos de grandes críticos que han dedicado su vida a la crítica como problema intelectual, un problema fascinante. O Susan Sontag, aunque al final defeccionó y también quiso escribir su novela… Críticos que consideren suficientemente interesante e importante el problema intelectual de dar cuenta de un hecho estético.

¿Qué está escribiendo ahora?
Estoy escribiendo una novela erótica cruzada un poco por la política.  Transcurre en el sur de los Estado Unidos y es la relación entre un profesor y una alumna unos días antes de los ataques a las Torres Gemelas. 

¿Cuál es la última línea que ha subrayado en un libro de otro autor?
"A falta de un dato que haga perfecto un cuento, la gente prefiere inventarlo y convierte de este modo lo verosímil en real.”
Giacomo Casanova, Historia de mi vida. Primera edición en España de la versión completa y anotada. Dos tomos (estuche). Cartoné. 3.648 páginas. Prólogo Félix de Azúa. Traducción y notas Mauro Armiño. Colección Memoria Mundi. Vilaür: Ediciones Atalanta. ISBN 978-84-937247-4-0.

¿Qué le diría a una persona que sueña con ser escritor?
Que lea mucho. Escribir surge de leer. Cuando alguien no ha leído se nota: por la cantidad de lugares comunes, por la repetición de argumentos... un piso es leer mucho. Lo otro que le diría es que tenga en claro, que se pregunte, si quiere escribir o quiere publicar, que son cosas muy diferentes. He visto que muchos escritores publican su primer libro y no escriben nunca más. Porque toda la libido era la publicación, y el primer libro suele ser una sorpresa bastante dura para los escritores, porque lo que ocurre en general es que no ocurre nada. Sólo unas pocas primeras novelas han sido éxitos extraordinarios: Rodrigo Fresán, en su momento, o Pola Oloixarac, ahora: 2 nombres en 30 años. No he visto mucho de eso. En general lo que ocurre es que el primer libro de un autor no llega a las vidrieras, y a veces ni siquiera aparece en las mesas de novedades, esto es por supuesto muy frustrante. Porque el primer libro lleva más esfuerzo, uno pone mucho personal, es el libro más querido el primero, hay una cantidad de expectativas y entonces el choque puede ser duro.

Ping pong:
1. Un lugar:  Buenos Aires
2. Una comida: postres en general.
3. Una bebida: Vino o una margarita. Vino: Merlot, o blanco dulce natural. Margarita: margarita frozen salada.
4. Un disco:  Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak
5. Un libro: "Historia de mi vida” de Casanova, Giacomo (2009).Primera edición en España de la versión completa y anotada. Dos tomos (estuche). Cartoné. 3.648 páginas. Prólogo Félix de Azúa. Traducción y notas Mauro Armiño. Colección Memoria Mundi. Vilaür: Ediciones Atalanta. ISBN 978-84-937247-4-0.
6. Un personaje: Giacomo Casanova.
7. Una película: casi cualquiera de Woody Allen.
8. Un escritor:  Henry James
9. Un sentimiento: compasión
10. Una palabra: azar.

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