27 de agosto / Presentación en las jornadas sobre Borges (Biblioteca Nacional)

Por Marcela Mazzei 

Durante las Jornadas Internacionales Borges Lector de la Biblioteca Nacional, Guillermo Martínez planteó que la resolución de los enigmas que proponía el homenajeado en sus ficciones no era unívoca.

 


(Y para entender el punto central de la discusión ver aquí)

Autoentrevista La Nación, 2011

Publicada en La Nación con el título El milagro de la tostada, 2011.

1) ¿Cuál es la pregunta que no le gusta responder en entrevistas?
Si hay algo autobiográfico en tal o cual novela. Me parece que revela  menosprecio por el valor propio de la ficción, como si lo verdaderamente interesante estuviera en la vida privada del escritor, en un chisme personal, y no en la obra que acaban de leer. Me recuerda a los chicos que se pierden la ilusión que pone en escena el mago por mirar bajo la mesa si encuentran el truco.

25 de Agosto / Presentación en las jornadas Borges Lector

18:00 a 19:00 hs. Series lógicas y crímenes en serie
Conferencia plenaria a cargo de Guillermo Martínez

Auditorio “Jorge Luis Borges” / Biblioteca Nacional 
Agüero 2502 (y Av. Las Heras) Primer Piso 

Más información en www.bn.gov.ar

12 de Agosto / Presentación sobre Borges en Adrogué

19:00 hs. Sobre Jorge Luis Borges
Claudia Piñeiro, Guillermo Martínez y Pablo De Santis. Coordina Osvaldo Quiroga.
Casa de la Cultura de Almirante Brown
Esteban Adrogué 1224
Provincia de Buenos Aires 

Entrevista blog Boquitas pintadas sobre Yo también tuve una novia bisexual, 2011

Publicado en Boquitas pintadas con el título Yo también tuve una novia bisexual, por Verónica Dema, 2011.

-Sentí las sacudidas en tu espalda, y que me apretabas. Pero los varones nunca estamos demasiado seguros sobre los orgasmos de las chicas. Ustedes siempre tienen a la vista la evidencia material, nosotros…nos tenemos que conformar con los indicios.
-Pero no. Justamente. Si tenías los dos dedos hundidos hasta acá –me dijo. Tendrías que haberlo sentido dentro de mí, como olitas.
Me recosté sobre un codo, intrigado, para mirarla a los ojos y vi que enrojecía un poco bajo mi mirada.
-Sí, es verdad, a veces se siente así. ¿Pero cómo lo sabés? ¿Llegás tan hondo a masturbarte? ¿O acaso…?
Rió, y enrojeció más, como si hubiera quedado al descubierto.
-Sí –aceptó-: tuve una novia.

El escritor Guillermo Martínez lee un tramo de su última novela: “Yo también tuve una novia bisexual”. Es la antesala de una entrevista distinta a las que hacemos siempre, con la paradoja de ser aparentemente menos íntima porque estamos en el estudio de radio de La Nacion (LNRadio) conversando en vivo en Internet, rodeados de micrófonos y con la custodia de dos cámaras; pero que, sin embargo, tiene un clima de cercanía como para hablar sin tapujos, desprejuiciadamente.

Entrevista El refugio de la Cultura (video), 2011

Entrevista en TV Pública, El refugio de la Cultura con Osvaldo Quiroga, 2011.

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Entrevista Paradigma Libros, 2011

Publicada en el blog Paradigma Libros con el título Yo también leí un thriller filosófico-sexual, 2011.

¿Qué libros leíste últimamente? ¿Cuál o cuáles le recomendarías a nuestros lectores?
Estos son algunos de los libros que leí en el 2011. Son todos muy recomendables.
  1. Los amores difíciles, Italo Calvino, Siruela.
  2. La obra maestra desconocida, Honoré de Balzac, Ed. de la Cueva.
  3. Seis propuestas para el próximo milenio, Italo Calvino (relectura).
  4. Las batallas en el desierto, José Emilio Pacheco, Ed. Era. (relectura).
  5. Mundo escrito y mundo no escrito, Ítalo Calvino, Siruela.
  6. Mao, Michael Lynch, Vergara.
  7. El protector, Henry James, Funambulista.
  8. Historia de mi vida, Giacomo Casanova, Atalanta.
  9. El mensajero (The Go-Between), L. P. Hartley, Pre-Textos.
  10.  El caballero que cayó al mar, H.C. Lewis, La Bestia Equilátera.
  11.  El diario de la arena, Hugo Burel, Alfaguara.
  12.  Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio, Alice Munro, RBA.
  13.  Bellas artes, Luis Sagasti, Eterna Cadencia.

Entrevista Página 12 sobre Yo también tuve una novia bisexual, 2011

Publicada en Página 12 con el título “Quería poder contar la relación sexual de otra manera”, 2011.

El escritor ambientó la historia en un campus universitario estadounidense en los días previos a los atentados a las Torres Gemelas. “Mi novela es del orden de lo privado, incluso lleva un diario íntimo en sí misma, pero en un momento irrumpe lo político y la toca.”
Por Silvina Friera

Siempre la puerta abierta, sea varón o mujer. Sin preámbulos ni subterfugios: directo al grano. Esta es la primera recomendación que recibe un profesor argentino antes de viajar a una universidad de Redground, un pueblo en el sur profundo del conservador estado de Georgia, cerca del fuerte militar más grande de Estados Unidos, donde dará un curso de literatura en español. La advertencia enfatizada por la coreografía mental que traza el “doble sentido”, pero esgrimida para cuando tenga que atender las consultas de los alumnos en su oficina en el campus, adquiere múltiples resonancias en Yo también tuve una novia bisexual (Planeta), la última novela de Guillermo Martínez. El sagaz matemático y escritor siembra una frase cuya cosecha se explicita en tres planos superpuestos: en la misma trama, en la teoría crítica que se esboza en la zona donde la ficción se sirve del recurso del “diario íntimo”, y en el protocolo de lectura que se desprende de esa teoría, como si el libro contuviera su propio contralibro. El profesor se enamora de una de sus alumnas, Jenny, una versión más chispeante que la Lolita de Nabokov, en los días previos al atentado a las Torres Gemelas, en septiembre de 2001. No hay rodeos para narrar el universo de ese escalamiento sexual clandestino. Martínez se propone abrir puertas muchas veces cerradas –o abiertas pero “rarificadas”– y escribir al ras de la piel de Jenny, “en el territorio blando, salado y tirante entre el vello de su pubis y los montículos suaves de sus pechos”.

Entrevista diarios del interior sobre Yo también tuve una novia bisexual, 2011

Publicada (en distintas versiones) en La Gaceta Literaria (Tucumán), Los Andes (Mendoza), El Litoral (Santa Fe) y  El Liberal (Santiago del Estero), 2011.
Por Augusto Munaro

¿Cómo y cuándo surgió la novela?
Como casi todas mis novelas, surgió a partir de una idea para un cuento, empecé a escribirla como el último cuento que cerraría un libro de relatos sobre sexo y muerte que escribo de a poco, y que tiene como título provisorio Los reinos de la posición horizontal. Lo mismo me había pasado antes con La muerte lenta de Luciana B. Hay historias que a medida que uno las escribe revelan otras potencialidades, además del núcleo inicial de ideas. En el caso de Yo también tuve una novia bisexual la primera idea, el germen inicial, era contar una relación fugaz pero muy intensa, que termina por tocar profundamente a los dos protagonistas. Quería, además, contar algo de lo que Calvino llama el “mundo no escrito”, en este caso en torno al sexo. Hasta el siglo XIX, el sexo era el gran tabú de la literatura, y aún en libros considerados “libertinos”, como Historia de mi vida, de Casanova, la aproximación al sexo es por antesalas, prolegómenos, elipsis. En el siglo XX en cambio hay algo así como una super-explotación del tema, que lo “encierra” en otros clichés: el sexo tal como aparece en el realismo sucio, el sexo asociado a cierto cinismo o sordidez, el sexo en sus variantes violentas o sádicas. O bien, la otra variante, lo que yo llamo la sublimación lírico-filosófica: el sexo embellecido por metáforas, por cierta retórica demasiado literaria. Yo quería contar una historia que siguiera el escalonamiento de lo sexual en una relación con naturalidad, con la misma atención y detenimiento con que el narrador observa todas las demás cosas de ese mundo nuevo del campus al que llega. Creo que es difícil encontrar ejemplos en la literatura donde el foco sea la progresión de una relación sexual, porque escribir sobre sexo, sobre el hecho en sí, de manera sostenida, es difícil e incómodo, y puede llevar muy pronto a ciertas repeticiones mecánicas de “figuras”. Ese fue en parte el desafío: que cada escena tuviera un significado diferente y propio.
La segunda idea, más “teórica”, tiene que ver con una de las divisiones posibles de los relatos. Hay en la literatura por un lado la construcción de grandes frescos históricos-políticos, la recreación de tal o cual momento histórico concreto. En el otro extremo, tenemos los relatos de relaciones íntimas, de mundos privados, secretos, relativamente autónomos, ajenos en principio a ese ruido de lo histórico. Yo quería que esta historia secreta fuera tocada en algún momento por esa gran conmoción que fue el 11 de septiembre. Poner el efecto mayor y estentóreo de lo histórico al servicio del efecto “menor”: mostrar las consecuencias en una historia privada de ese roce indirecto y funesto.
A partir de este primer par de términos opuestos (lo privado versus lo político) se me ocurrió introducir también la pequeña teoría crítica que aparece más adelante, como apuntes mentales del narrador para una conferencia.

Entrevista La voz del Interior sobre Yo también tuve una novia bisexual, 2011

Publicada en La voz del Interior con el título Yo también tuve una novia bisexual, la novela de Guillermo Martínez, 2011.
Por Rogelio De Marchi
 
La pesada carga de prohibiciones que pesan implícita o explícitamente sobre los docentes en ese (y otros tantos) campus (que si mirás una alumna, cuántas veces, cuánto tiempo, si le hablás en un pasillo o en el gym, cómo te comportás en la consulta, qué temáticas tocás en tus programas, etc.), ¿no te parece que vuelve secundario la capacidad del docente de dar clases, la importancia de lo que tiene para enseñar?
 Creo que no. Yo escribí una novela, es decir, una ficción. Dentro de esa ficción quería darle cierto énfasis a las prohibiciones, al conservadurismo de esa universidad en el sur, a las amenazas y al costado “prohibido” de la relación. Pero en la vida real, y fui profesor durante más de 25 años, nunca sentí que la precaución más o menos tácita, más o menos reglamentada en la relación entre profesores y alumnos relegara la importancia de lo que se enseña.