Sobre Abelardo Castillo

Respuestas completas para la revista Los Inútiles (no está online).

L.I: Nos gustaría que nos cuente cómo fue que llegó a la literatura de Abelardo Castillo. Cómo fue ese primer acercamiento.

G.M: El nombre de Abelardo Castillo yo lo escuché por primera vez en mi casa paterna en Bahía Blanca. Mis papás recibían la revista El escarabajo de oro durante la época de la dictadura de Onganía. Yo siempre me acuerdo de tres cosas de esa revista: una era el epígrafe, una frase de Nietzsche que me resultaba muy impresionante:“Di tu palabra y rómpete”; la segunda era una sección de epitafios donde ellos se burlaban de autores de una generación o dos más arriba, imaginaban pequeños versos que figurarían en las lápidas de esos escritores, algunos muy graciosos; lo tercero que recuerdo es un editorial que había escrito Abelardo, -que creo que fue el primer texto que leí de él-, muy aguerrido, que terminaba con una frase en la que decía algo así como que el día de mañana, cuando sus hijos les preguntaran qué habían hecho durante la dictadura, ellos podrían decir “esto hacíamos: esta revista”.